25/10/2021
En agosto de 2021, el saldo nominal de la cartera de crédito vigente
otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) cayó
3.1% anual (-8.3% en términos reales). Dicha contracción en los saldos nominales
fue la menor desde marzo de 2021, lo cual señala no sólo que el efecto contable
de la disposición de líneas de crédito en 2020 se ha disipado, sino además que
existe cierta reactivación de la demanda por financiamiento bancario en algunas
carteras.
Por agregados de crédito que componen el SPNF, las variaciones nominales
anuales fueron: consumo, -0.3%; vivienda, 9.4% y empresas -8.4%. Como resultado
de este desempeño, las contribuciones a la contracción de 3.1% puntos
porcentuales (pp) del crédito bancario al SPNF fueron (en orden descendente):
vivienda, 1.9 pp; consumo, -0.1 pp; y empresas, -5.0 pp.
En el caso de la cartera de consumo, la mayoría de los segmentos
mejoraron su desempeño (ya sea con una menor caída o un mayor crecimiento) en
términos nominales, incluso con una inflación menor a la registrada en el mes
de julio, lo cual podría ser resultado de una mejoría en los indicadores de
empleo y de consumo privado.
Respecto a la cartera empresarial, la contracción en los saldos nominales
es generalizada, con caídas interanuales en todas las actividades productivas.
No obstante, el análisis de las tasas de crecimiento mensuales muestra
crecimientos nominales y reales en varias actividades productivas, lo que
señala una reactivación de la demanda por financiamiento en algunos sectores,
que podría estar reflejando la heterogeneidad de la recuperación entre los
distintos sectores de la economía.
Si bien los indicadores de inversión y de confianza empresarial apuntan
a una potencial recuperación de la cartera a empresas, la inercia presente en
la demanda crediticia implicaría que la misma no suceda al mismo ritmo, por lo
que la recuperación del crédito a empresas en el agregado podría aplazarse.
La cartera de vivienda mantiene tasas de crecimiento positivas en
términos nominales y reales, además de mejorar su desempeño en términos anuales
por quinto mes consecutivo. No obstante, la disminución en la generación de
empleos formales durante la crisis sanitaria en 2020 podría impactar a la cartera
de vivienda con cierto rezago, lo cual implicaría una moderación de su actual
desempeño en el mediano plazo.
Los saldos al octavo mes del año parecen confirmar la tendencia de
recuperación observada en las carteras de consumo y vivienda. No obstante, la
cartera empresarial aún parece estar lejos de presentar variaciones en terreno
positivo, ya sea en términos anuales o mensuales. La contracción agregada es de
menor magnitud a la experimentada en el mes de julio y la senda hacia una
recuperación en términos de crecimiento de cartera parece más clara.
Los crecimientos mensuales del crédito a varias actividades productivas
aún no se reflejan en una variación real anual positiva.
El saldo vigente de la cartera de crédito a empresas continuó
contrayéndose en agosto, al registrar una variación anual nominal de -8.4%
(-13.2% real), una caída menor que la registrada en el mes inmediato anterior
(MIA) cuando la disminución fue de -9.6% nominal, con lo cual se acumulan 10
meses consecutivos de caídas en términos nominales (12 en términos reales). En
cuanto a la variación mensual, en el octavo mes de 2021 la variación fue de
-0.3% (-0.5% real), un retroceso respecto a las variaciones de 0.1% (-0.4%
real) y 0.5% (-0.1% real) registradas en junio y julio de 2021, respectivamente.
La tercera ola de contagios de covid-19 llegó a su punto más alto
durante el mes de agosto, potencialmente generando una contracción de la
demanda por financiamiento ante los menores flujos de ingreso esperados por
parte de las empresas, ya sea por algunas restricciones en términos de
operación de las mismas, o por la cautela de los consumidores ante el alza en
los datos de contagios y muertes durante el mes. Dicho impacto negativo de la
pandemia impacta directamente a los sectores dependientes del consumo privado,
como es el caso del sector comercio (16.4% de la cartera), pero también a
sectores con encadenamientos fuertes hacia el mismo, como es el caso de
algunas manufacturas.
En el caso del comercio, la variación mensual durante agosto fue de
-1.8%, después de un crecimiento de 1.2% en el MIA. En términos anuales, los
saldos nominales del sector comercio presentaron una caída de -12.5% (-17.2%
real), la cual es consistente con la pérdida de dinamismo del sector, como
parcialmente se refleja en la evolución de las ventas de establecimientos
comerciales, que pasaron de un crecimiento nominal de 15.3% en julio a uno de
4.5% durante el mes de agosto.
Menor crédito a industrias
Durante agosto, los saldos vigentes de las manufacturas (21.5% de la
cartera empresarial) presentaron una caída nominal de 12.7% (-17.4% real). Si
bien en términos anuales el financiamiento continuó cayendo a tasa anual para
todos los subsectores manufactureros, en términos mensuales se observan
tendencias encontradas. Las industrias de equipo de transporte y de productos
no metálicos destacan por el dinamismo observado durante el mes de agosto, en
contraste con las caídas que ambos subsectores registraban desde el mes de
marzo.
En contraparte, la cartera de industrias como la de alimentos y bebidas,
química y metálica presentó una importante contracción en términos mensuales,
con tasas nominales de -3.3%, -2.6% y -2.1%, respectivamente. Los cuellos de
botella en la cadena de suministros, la posibilidad de olas de contagios
adicionales y una demanda aún deprimida continúan impactando negativamente el
desempeño de la cartera a las manufacturas, ante un panorama de recuperación
que aún está influido por un componente de incertidumbre.
El sector construcción presentó una caída anual promedio en los saldos
vigentes de 4.0% (-9.1% real) durante agosto de 2021, contracción menor al 4.9%
(10.1% real) en el MIA. En términos mensuales, los saldos nominales vigentes
del sector construcción aumentaron 0.2%, lo que equivale a que en términos
reales permanecieron prácticamente constantes. Dicha evolución pudo ser
consecuencia en parte de la menor confianza empresarial registrada en el sector
respecto al MIA.
En el caso de la minería, la variación anual promedio de los saldos nominales
vigentes fue de -18.7% (-23.2% real) durante agosto, la menor contracción desde
noviembre de 2020. Por su parte, el sector de generación, transmisión y
distribución de electricidad, agua y gas presentó una contracción nominal anual
de 10.2% (-15.0% real), la caída de menor magnitud desde julio de 2020.
En términos mensuales, la minería creció 1.6% nominal (1.4% real),
mientras que los saldos de la industria de electricidad, agua y gas presentaron
una contracción nominal de 0.6% (-0.7% real).
Por su parte, los saldos nominales de crédito al sector agropecuario
registraron una caída anual de 0.5% (-5.7% real) durante agosto. En términos
mensuales, la contracción nominal fue de -1.6% (-1.7% real).
En el caso del crédito a los servicios, la cartera al sector de hoteles
y restaurantes presentó en agosto una contracción nominal anual de 3.5% (-8.6%
real), ligeramente mayor a la registrada en el MIA de 3.3% (-8.6% real). Sin
embargo, en variaciones mensuales, los saldos nominales vigentes del sector
presentaron un crecimiento de 1.4% (1.2% real), quizá como consecuencia de la
mejoría en la actividad hotelera y los ingresos del sector durante el período
vacacional.
Aun con esta mejoría en términos mensuales, la actividad de la
hostelería no ha repuntado lo suficiente como para impulsar a la demanda por
financiamiento en términos anuales. Dicha inercia en la recuperación podría
disiparse durante los próximos meses por la parte referente a la preparación de
alimentos y bebidas, ante la necesidad de satisfacer una mayor demanda ante un
esquema de reaperturas generalizadas y aumento de aforos a nivel nacional.
El índice de morosidad (IMOR) de la cartera a empresas en agosto de 2021
fue 2.0%, ligeramente menor al del MIA, aunque mayor al 1.7% observado en
agosto de 2020. En términos generales, se observa un retraso en la recuperación
del crédito a empresas, con el mes de agosto mostrando un deterioro en la
recuperación de algunos indicadores de actividad económica y confianza. Por
otro lado, el uso de recursos que las empresas acumularon durante la crisis
sanitaria aún representa un sustituto potencial al financiamiento bancario, el
cual podría implicar un retraso en la recuperación de la demanda en este
segmento.
Crédito al consumo mantiene crecimiento mensual
El saldo nominal del crédito vigente de la banca comercial al consumo en
agosto de 2021 presentó una variación anual de -0.3% (-0.4% en el MIA y -6.0%
en agosto de 2020), lo que representa una contracción de menor magnitud a la
observada los últimos quince meses. En términos reales, la caída durante el
octavo mes del año fue de 5.6%.
Sin embargo, el crecimiento nominal mensual del crédito al consumo fue
de 0.5% (0.3% real), con lo cual se completa un semestre de crecimientos
nominales mensuales. No obstante, si bien las variaciones nominales anuales en
algunos segmentos que integran esta cartera han presentado un mejor desempeño, únicamente
la cartera de adquisición de bienes muebles registró un crecimiento en términos
reales durante agosto.
En el octavo mes del año, el crédito otorgado a través de tarjetas (36.2%
del total del crédito al consumo) registró una variación anual nominal de -1.8%
(-7.0% real), un ligero retroceso en el camino a la recuperación de dicho
segmento, que había disminuido sostenidamente su contracción interanual desde
marzo. Sin embargo, la variación mensual de esta cartera registró un crecimiento
de 0.6%, el quinto mes consecutivo en terreno positivo.
La flexibilización de las restricciones asociadas al manejo de la
pandemia durante los próximos meses apunta a la consolidación de un mayor
dinamismo en el consumo de los hogares. De hecho, los últimos datos observados
en el indicador de consumo privado en el mercado interno van en ese sentido,
pues en julio de 2021 (última información disponible) registró una variación
mensual de 0.1% (12.8% a tasa anual). La recuperación sostenida del consumo
privado es una condición necesaria para apuntalar un mayor dinamismo en el
segmento que fomente la recuperación los niveles de saldos en tarjetas de crédito
previos a la crisis sanitaria.
En el caso del saldo vigente de los créditos de nómina, se registró un crecimiento
anual nominal de 3.4% (-2.1% real), mayor al registrado el mes previo (2.7%) en
tanto el saldo vigente de los créditos personales mostró una
ligera mejoría, al registrar -7.3% (-12.2% real), una menor contracción en
comparación con la registrada en el MIA (-8.3%). Dichos datos muestran una
tendencia de recuperación en ambas carteras, ya sea por un mayor crecimiento o
una menor contracción, contribuyendo conjuntamente a la mejoría en el desempeño
de la cartera de consumo.
La recuperación del empleo formal durante los últimos meses está estrechamente
relacionada con el desempeño de estas carteras. En particular, la variación
anual en el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) fue de 4.2% en agosto, la mayor tasa registrada desde
junio de 2018.
Respecto al crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero
(ABCD), los saldos nominales vigentes registraron una variación nominal anual
de 1.6% (-3.8% real), acumulando cinco meses en terreno positivo. No obstante,
el crecimiento real anual de esta cartera acumula 14 meses en terreno negativo,
apuntando a que aún queda camino para la recuperación del dinamismo de la misma
si se filtra el efecto nominal de la inflación observada sobre los saldos.
Dentro de esta cartera, el crédito destinado a la adquisición de bienes
muebles registró un crecimiento nominal de 35.2%, dinamismo que no fue suficiente
para compensar la contracción que se observó en el crédito automotriz. Dicha
cartera, que representa 14.6% del saldo de la cartera vigente al consumo,
registró en agosto una caída nominal anual de 2.2% (-7.4% real), implicando una
contracción marginalmente menor en términos reales que el MIA.
Elevada morosidad en bienes
muebles y créditos personales
Respecto a la morosidad de la cartera de consumo, ésta exhibió un IMOR
de 3.5% en agosto de 2021 (3.6% en el MIA y 3.6% en agosto de 2020). La
morosidad más alta se encuentra en el segmento de bienes muebles (5.9%),
seguido de los créditos personales (5.4%), único segmento que no registró en
agosto una disminución en su morosidad. De hecho, la cartera de adquisición de
bienes muebles acumula ya cinco meses con aumentos del IMOR, aunque, por su
participación en la mezcla de la cartera de consumo (2.2% del total), no ha
tenido una repercusión significativa sobre la morosidad total de la misma.
De continuar la desaceleración suscitada en agosto de los indicadores de
consumo, podríamos suponer un menor dinamismo de la cartera para este tipo de
crédito. Sin embargo, la tendencia creciente del empleo formal, aunada a la
reapertura de actividades y ampliación de aforos a nivel nacional, hacen
suponer que la desaceleración fue algo transitorio y un reflejo de la tercera
ola de contagios de covid-19. Un mejor desempeño del consumo privado y el
empleo reactivarían la demanda de crédito al consumo, pudiendo registrar un
repunte en el mediano plazo, toda vez que la inflación no continúe mermando los
crecimientos reales.
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