3/5/2022
En mis
inicios de emprendedor en los años ‘80, estaba completamente comprometido con
la operación.
Les
comento que, con el afán de optimizar, de controlar, de ser más eficiente en
los procesos del negocio me daba a la tarea desde ir a comprar las materias
primas, llevarlas al taller para su manufactura, mientras estaba atento en la
tienda para brindar atención a los clientes. Así mismo llevaba la tesorería,
iba al banco, regresaba al taller a supervisar el producto terminado, lo subía
a la camioneta y después llevaba a entregar el producto a diferentes lugares
locales y foráneos, los armaba y finalmente cobrar. Así era la mayoría de mis
días, era una dinámica que me parecía que trabajaba bien y además sentía que tenía
el control total.
Esta
secuencia de trabajo era propiciada porque mi vehículo de trabajo y personal
era una Pick-up, ya que por tradición y consejos de mi hermano y socio recuerdo
sus palabras: “Traer una camioneta es traer dinero en movimiento”, entre más
cargada estuviera la camioneta de materia prima y/o producto terminado era
mejor.
Así
fuimos creciendo el negocio, también creció la familia, en ese entonces no
había problema de viajar cinco personas en la cabina sencilla (mi esposa y 3
hijos pequeños), de tal manera que la camioneta tenía dos funciones: vehículo
de trabajo y de uso personal (familiar) ¡qué mejor binomio!
Con el
crecimiento del negocio y la familia no podía seguir con esa dinámica, así que decidí
dejar la camioneta y a la vez dejar parte de la operación de la empresa. La
camioneta la vendí y con eso di el enganche para una camioneta más grande y de mayor
capacidad contratando un chofer formalmente, y para el vehículo personal daba
mensualidades anticipadas hasta llegar a más del 40% del total del vehículo,
que me daba la oportunidad de entrar a un sorteo bimestral y si salía mi nombre
en una inmensa lista en el periódico de alcance nacional, se me adjudicaba el vehículo,
quedando en garantía el mismo hasta que terminara el último pago.
Así fue
la historia de tener, primero, una camioneta a vehículo, después, que en
sentido empresarial tiene una reflexión interesante, cada emprendedor en su
etapa y momento que se encuentre deberá de asimilar que, para poder dejar la
operación, delegar y seguir creciendo, debe institucionalizar la empresa. De lo
contrario, seguir en camioneta de carga es válido; sin embargo, los riesgos
aumentan.
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