15/8/2023
Un
empresario muy cercano, me dijo: Cuando inicié el negocio, no sentía tanta
preocupación, empecé a consolidar el negocio y a los 8 años vendía bien; no
tenía tantos problemas, ganaba bien, incluso empecé a hacer patrimonio.
Además
me dijo que, ahora que el negocio tiene 18 años está consolidado en ventas, con
una participación en el mercado nacional y, además, está en fase de
profesionalización, tengo más problemas, se me va el sueño, tengo insomnio y no
ha crecido el patrimonio como yo quisiera… me comento con melancolía.
Le
comenté que es la curva natural de crecimiento, tanto como empresario/persona,
como el de una empresa consolidada y en vías de profesionalización.
Le
recordé que al inicio de su empresa él tenía 30 años, recién casado, con toda
la energía y, sus gastos no eran relevantes.
Hoy,
que casi llegas a los 50, tus gastos se han incrementado y estás invirtiendo
tanto en la Universidad de tus hijos, como en llevar la empresa a que pueda
funcionar si tú te ausentas un mes. Cuando iniciaste como startup, tomaste riesgos sin preocuparte y trabajabas muchas horas
al día, concluí.
Hay que
recordar que, los emprendedores aportan ideas y soluciones disruptivas y con
más agilidad. Alrededor del 74 por ciento de los startup no logran consolidarse a forma de una empresa madura con
profesionalización, según el Startup
Genome Report.
¡No
seas parte de estas estadísticas y crece como empresa!
Recuerdo
que, cuando mi hermano y yo estuvimos en etapa de consolidación un asesor me
dijo: “crecer duele”.
En lo
particular ese dolor lo vi siempre como ¡happy
problems!, con entusiasmo y actitud.
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