Balance

México regresa al centralismo

En camino de fusionar Nafin y Bancomext

21/06/2010

El gobierno federal ya le encontró la “cuadratura al círculo” para hacer su voluntad a costa de lo que sea, eludiendo la ley. En plena época globalizadora opta por la centralización. No escucha las opiniones de los sectores. Mete tijera por todos lados hasta que sea inevitable el cierre de empresas o dependencias gubernamentales. Tal es el caso de Nacional Financiera.

Cuando más se habla de la necesidad de una banca de desarrollo en México realmente fuerte y efectiva, el gobierno federal decide sin más eliminar de un día a otro 27 oficinas estatales de Nafin -entre ellas Puebla-, despedir a 70 trabajadores a nivel nacional y centralizar las operaciones de esa institución.

(Ver  nota de hoy en http://www.balance-financiero.com/detNota.php?id=1005 )

Lo que tantas veces acusó el PAN y algunos grupos empresariales de la operación “centralizada” del gobierno federal -entonces priísta- y que después de muchos años y esfuerzo logró combatirse, ahora la administración calderonista actúa contracorriente y prefiere el centralismo.

Durante años se ha buscado la fusión de Bancomext-Nafin, pero por cuestiones legales y administrativas esto no ha sido viable. El Congreso desde tiempos de Zedillo se ha opuesto a ello. Pero finalmente Calderón ya encontró el “caminito” para deshacerse de lo que le estorba, aunque en otros países sí exista banca de desarrollo y ahora se critique a México de esta pésima decisión gubernamental.

Al reducir a su máxima expresión a Nafin, en cuanto a estructura, facultades y presupuesto no quedará más que fusionarla con Bancomext o Proméxico (este es otro asunto de intereses).

La estrategia del gobierno panista y concretamente de Héctor Rangel Domene, director de Nafin y Bancomext, es que mediante argucias administrativas, de “mejor operatividad”, de dar mejor servicio a las Pymes se prefiere dejar sólo cinco oficinas estatales y “tener un mejor control” (entiéndase centralizar) a través de sus oficinas generales en la ciudad de México.

Hay que recordar que al inicio del gobierno de Calderón fueron cerradas casi todas las oficinas que Bancomext y/o Proméxico en el extranjero, so pretexto de carga administrativa. Lo cierto es que disminuyó la capacidad de promoción y la presencia de México en otros mercados.

Bancomext ahora está más dedicado al factoraje que a otra cosa.

Nacional Financiera, desde hace tiempo, atiende a empresas grandes y poco se preocupa por las Pymes, da preferencia a los “consentidos” de la institución.

A la par desde la Secretaría de Economía -por debajo de la mesa- se pretende que el Fondo Pyme y otros fondos y fideicomisos para apoyar al turismo o a la minería sean manejados a través de Nafin/ Bancomext.

Es decir, una operación centralizada de los recursos a cargo un grupo que maneja el Consejo de Administración de ambas instituciones financieras.

La estrategia es operada por alguien que sabe de estos menesteres Héctor Rangel Domene, actual director de Bancomext/Nafin, que en su momento fue presidente del Consejo de Bancomer.

Hay quien equipara la operación en Nafin con la realizada en el SME o incluso en la mina de Cananea: aplicar un golpe certero cuando nadie lo espera, interpretar la ley a su modo (para eso son buenos), y así concretar su objetivo. La fuerza del estado.

Mientras Diputados, Senadores y Empresarios en el limbo, velando por sus intereses particulares sin querer ver el tipo de administración gubernamental que se ejerce en el país: sectaria y centralizada, con el consecuente daño a los sectores productivos y a la población en general.

Y luego nos preguntamos porqué México no avanza en su desarrollo socioeconómico.