El
premio Nobel de Economía fue otorgado a David Card, Joshua Angrist, y Guido W. Imbens
porque su trabajo ha revolucionado la investigación empírica en las ciencias
sociales y ha mejorado significativamente la capacidad de la comunidad
investigadora para responder preguntas de gran importancia para todos nosotros.
Los
galardonados en ciencias económicas 2021 han proporcionado nuevos conocimientos
sobre el mercado laboral y han mostrado qué conclusiones sobre causa y efecto
se pueden extraer de los experimentos naturales. Su enfoque se ha extendido a
otros campos y revolucionado la investigación empírica.
David Card (65) originario de Canadá, actualmente
es profesor de Economía en la Universidad
de California, Berkeley, EE. UU.
Card utiliza experimentos
naturales, es decir analiza los efectos del salario mínimo, la inmigración y la
educación en el mercado laboral. Sus estudios de principios de la década de
1990 desafiaron la sabiduría convencional, lo que condujo a nuevos análisis y
conocimientos adicionales. Los resultados mostraron, entre otras cosas, que
aumentar el salario mínimo no conduce necesariamente a menos puestos de
trabajo.
Ahora sabemos que los ingresos
de las personas que nacieron en un país pueden beneficiarse de una nueva
inmigración, mientras que las personas que inmigraron en un momento anterior
corren el riesgo de verse afectadas negativamente. También nos hemos dado
cuenta de que los recursos en las escuelas son mucho más importantes para el
futuro éxito de los estudiantes en el mercado laboral de lo que se pensaba
anteriormente.
En tanto que Joshua
D. Angrist (61), originario de Ohio,
actualmente es profesor de Economía en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts, Cambridge, EE. UU., y Guido W. Imbens (58) originario de Eindhoven, Holanda, actualmente es catedrático de
Econometría Aplicada en la Universidad de Stanford, EE. UU.,
sus investigaciones han proporcionado nuevos conocimientos sobre el mercado
laboral y han mostrado qué conclusiones sobre causa y efecto se pueden extraer
de experimentos naturales. Su enfoque se ha extendido a otros campos y
revolucionado la investigación empírica.
Sin embargo, los datos de un
experimento natural son difíciles de interpretar. Por ejemplo, extender la
educación obligatoria por un año para un grupo de estudiantes (pero no para
otro) no afectará a todos en ese grupo de la misma manera. Algunos estudiantes
habrían seguido estudiando de todos modos y, para ellos, el valor de la
educación a menudo no es representativo de todo el grupo. Entonces, ¿es posible
sacar alguna conclusión sobre el efecto de un año extra en la escuela? A
mediados de la década de 1990, Joshua
Angrist y Guido
Imbens resolvieron este problema metodológico, demostrando cómo
se pueden extraer conclusiones precisas sobre causa y efecto a partir de
experimentos naturales.
La Real
Academia de Ciencias de Suecia señala que muchas de las grandes
cuestiones de las ciencias sociales tratan de causa y efecto. ¿Cómo afecta la
inmigración a los niveles de salario y empleo?, ¿cómo afecta una educación más
prolongada a los ingresos futuros de una persona? Estas preguntas son difíciles
de responder porque no tenemos nada que usar como comparación. No sabemos qué
hubiera pasado si hubiera habido menos inmigración o si esa persona no hubiera
continuado estudiando.
Sin embargo, los galardonados de este año han demostrado que es
posible responder estas y otras preguntas similares mediante experimentos naturales.
La clave es utilizar situaciones en las que acontecimientos fortuitos o cambios
de política provoquen que grupos de personas sean tratados de manera diferente,
de una manera que se asemeje a los ensayos clínicos en medicina.
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