17/3/2021
Redacción
Las pymes
y las empresas familiares serán pieza clave en la recuperación económica de
México, por lo que es importante darles la debida atención y proporcionales las
herramientas para que se mantengan y no quiebren.
En medio de
la pandemia del covid-19 y la crisis económica que ha generado, las empresas
familiares mexicanas, incluso, han tenido mejoras y tienen confianza en salir
adelante, pero no podrán hacerlo solas, según lo refleja el estudio “Nivel de
progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía”, realizado
por el Centro de Investigación para Familias de Empresarios (Cifem) de BBVA del
IPADE Business School.
El
informe estadístico 2020 muestra que para 69 por ciento de las empresas
familiares sus ventas han mejorado en los últimos tres años; para un 70 por ciento,
su patrimonio ha crecido en los últimos tres años. Mientras que 82% de los
encuestados manifiesta tener confianza de que la familia empresaria logrará
salir adelante.
Pese al a
inestabilidad económica de los tres últimos años, las empresas familiares
tienen resultados positivos, destacó Ricardo Aparicio Castillo, director del Cifem-BBVA.
En las
recientes circunstancias adversas la unión de la familia ha sido un factor de
impulso para enfrentar los desafíos; según lo considera 76 por ciento de los
encuestados.
Sin
embargo, no todo es fácil y no todo se basa en la cohesión familiar, pues este
tipo de empresas enfrentan varios problemas y que deben saber superar para
sobrevivir.
Al respecto,
Alfonso Bolio Arciniega, profesor decano de las áreas de Factor Humano y
Empresa-Familia del IPADE, destacó que dichas empresas requieren atender varios
aspectos, como la institucionalización, profesionalización y desarrollo del
buen gobierno, ya que más de la mitad de las empresas encuestadas (55%) tienen
temas pendientes de resolver, y otro 24 por ciento está en un riesgo serio de
no subsistir, debido a la acumulación de malas prácticas.
“Del 55
por ciento que necesitan trabajar, 20 por ciento puede caer en la zona de
riesgo, es decir que el 24 por ciento reportado puede crecer a un 44 por ciento
con el tiempo, y 15 por ciento está en vías de alcanzar la zona con un nivel
adecuado de desarrollo. En este sentido, hay un 64 por ciento de familias que
están a tiempo de revertir la tendencia en su contra”, detalló Aparicio.
El
informe confirma que la sucesión y la institucionalización siguen siendo las
grandes tareas pendientes en las empresas familiares. Prácticamente, la mitad
(48%) no tiene definido sus procesos sucesorios. Solo un 7% lo tiene claro.
Asimismo, el Gobierno Corporativo está muy poco desarrollado, ya que es
inexistente en un 60% de las empresas familiares. Solo un 10% lo tiene claro y
funcionando, de acuerdo a las recomendaciones de mejores prácticas
corporativas.
Por ello,
es fundamental entender las necesidades de las empresas familiares, ayudarles
en su transición generacional y brindarles las herramientas y orientación
necesarias para institucionalizarlas y profesionalizarlas con el objetivo de
convertirlas en un potente motor que impulse a México, concluyeron los especialistas.
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